México y España

Los libros de historia relatan una sangrienta historia de guerras, conquista, opresión, discriminación y destrucción la las culturas prehispánicas… Un panorama nada favorable cuando pensamos en la relación México – España.

Hoy, a 500 años del encuentro entre dos mundos y a más de 200 años de nuestra propia independencia, en septiembre, el mes de la patria, llega una oportunidad única para reflexionar entre la relación actual de México y España.

En un mundo completamente globalizado, cambiante y cada vez mas mestizo, las diferentes culturas y países deben luchar por mantener sus tradiciones, su identidad y sus raíces. México, un país que nace del encuentro de varias culturas, se ha caracterizado por abrazar la diversidad y en ese mismo abrazo ha creado su identidad propia.

España por su parte también fue un país nacido del mestizaje, una mezcla entre civilizaciones antiguas, romanos y moros dio origen a su idioma, genética y costumbres. Lo mismo pasaba en Mesoamérica, en donde las culturas prehispánicas tenían encuentros constantemente entre ellos, y de esas mezclas, al “descubrirse” el nuevo mundo, nació una nueva civilización, que hoy llamamos México y en dónde todos nos llamamos Mexicanos.

Parte de la innegable identidad de México tiene su origen en España, un país con el que hoy compartimos mucho más que solamente el idioma. Compartimos la alegría y la pasión por la vida, una alma romántica y enamorada, un interminable deseo por hacer de todo una fiesta, y lazos familiares que ni el tiempo ni el océano han podido romper.

Hoy España es una de las raíces más importantes de México, pero nuestra identidad sigue evolucionando, cambiando y adaptándose a su gente. México, con su hospitalidad característica ha recibido inmigrantes a lo largo de sus 200 años de historia y los seguirá recibiendo, y cada uno de ellos al llegar adoptará el gentilicio que nos encina la piel, que nos hace cantar el Cielito Lindo en el extranjero y que nos llena el corazón: Mexicano.